En estos días que aún mantenemos los agradables recuerdos de las vacaciones, seguro que entre ellos está el de dormir la siesta…Ummm.
Para quien haya tenido la oportunidad, dormir la siesta en una hamaca es una de las tareas más agradables del verano, y los investigadores suizos dicen que ahora saben por qué.
El movimiento suave hace dormirse más rápidamente y que se duerma más. Los cambios en la actividad cerebral puede inspirar nuevas formas para ayudar a los insomnes, dicen los investigadores.
Neurocientíficos de la Universidad de Ginebra han improvisado una cama que permite movimientos suaves de lado a lado cada cuatro segundos, considerablemente más lento que el péndulo de un reloj de cuco. El procedimiento consiste en oscilar cada 4 segundos, movimiento que resulta incluso más suave que cuando las madres mecen a sus bebes.
Se investigó con una docena de personas que permanecían en la cama 45 minutos mientras unos electrodos registraban su actividad cerebral. Durante la mitad de la siesta la cama se balanceaba y durante la otra mitad estaba parada.
Los científicos no se sorprendieron demasiado al ver que las personas se quedaban dormidas más rápido cuando se movía la cama. Pero sí fueron sorprendidos por la gran diferencia en la actividad cerebral que hizo el mecerse, se registró un cambio considerable en las ondas cerebrales:
La “mecedora” aumentó una forma de sueño que ocupa aproximadamente la mitad de la noche con sueño reparador, aumentó las oscilaciones lentas y los husos de sueño relacionados con el sueño tranquilo (el cerebro está tratando de calmar), y la capacidad de recordar información nueva (relacionada con la plasticidad cerebral), parece que el balanceo se asocia con la capacidad del cerebro de “colocar las cosas en su sitio”.
¿Quién sabe? A lo mejor la solución al insomnio y a la falta de descanso reparador está en volver a la cuna… o a la hamaca!
Os deseo un sosegado y saludable regreso a la actividad.
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