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estrés y envejecimiento
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El estrés laboral acelera el envejecimiento

En los artículos anteriores en los que he repasado los síntomas, efectos y consecuencias del estrés laboral hay un aspecto importante que recogen la mayoría de ellos: el envejecimiento prematuro.

Existen muchos estudios, como el de la Universidad de Colorado, que relacionan los altos niveles de estrés en el puesto de trabajo con el envejecimiento tanto mental como físico. Y concluyen también que este envejecimiento prematuro es un factor de riesgo para enfermedades crónicas.

Porque sí, estar estresado envejece

Pasamos más de ocho horas en nuestro puesto de trabajo como media, si tenemos en cuenta el tiempo de traslado hasta él, los pensamientos que le dedicamos en las horas libres, viajes, etc., pueden ser incluso más.

En España es común, además, cambiar poco de trabajo por lo que la mayoría de nosotros pasamos cerca de 40 años en ese mismo puesto o similares. Es decir, que estamos expuestos a los factores desencadenantes del estrés la mayor parte de nuestra vida laboral. Por otra parte, es normal que con la edad vayamos escalando en puestos de cada vez mayor responsabilidad y, en consecuencia, más estresantes.

Cuanto más fuerte y prolongado sea el estrés, más se muestran las consecuencias a nivel mental y en el aspecto externo. Nuestro cuerpo tiende a reflejar el estado de la mente, por tanto, la presión laboral que sentimos a nivel cerebral se manifiesta por todo nuestro ser, tanto en las células invisibles como en el aspecto exterior.

Qué causa el envejecimiento por estrés

Seguro que te has fijado como tanto políticos que llegan a puestos de mucha responsabilidad como entrenadores de equipos de fútbol de élite parecen envejecer de golpe a los pocos meses de hacerse cargo del puesto. ¿Qué les notas? Lo más llamativo suele ser el pelo: o se les cae con rapidez o se vuelve blanco. Por mucho que se cuiden, el proceso se acelera sin remedio a causa del estrés relacionado con esos puestos de máxima responsabilidad. Este signo externo también es interno y es provocado por la oxidación celular.

El envejecimiento prematuro se manifiesta también en la piel que se seca con más rapidez. El mayor cortisol (¿recuerdas?, esa hormona tan simpática de la que te hablé aquí) que se genera por el estrés provoca pérdida de elasticidad de la dermis y retención de líquidos, lo que causa deshidratación y, por tanto, mayor sequedad en la piel.

Por si esto te parece poco, el cortisol tiene otra consecuencia visible en nuestro aspecto, independientemente de la edad: el acné. La mayor producción de cortisol aumenta el nivel de bacterias en la piel y el rechazo de las grasas en la epidermis de manera que los poros se cierran y surgen espinillas y granos.

Los efectos del estrés sobre el cerebro asociados a este desgaste celular se manifiestan en pérdidas de memoria y peor concentración.

Envejecimiento y estrés oxidativo

Los radicales libres son unos agentes oxidantes altamente reactivos que conviven en nuestro cuerpo con sistemas antioxidantes y que debemos mantener en equilibrio. Con el envejecimiento, los niveles de antioxidantes disminuyen, haciendo que los radicales libres reaccionen con aquellas moléculas de importancia biológica para el organismo.

Desde el punto de vista molecular, los radicales libres actúan como potentes agentes oxidantes y son la causa de envejecimiento al combinarse con moléculas esenciales, como el ADN y proteínas, a las que desactivan.

En resumen, los signos de envejecimiento más visibles causados por el estrés son:

  • Aumento masivo de las canas.
  • Aumento del acné. 
  • Disminución de la luminosidad de la piel.
  • El envejecimiento acelerado. 
  • Aumento de las bolsas en los ojos. 
  • Aumento del tamaño de la mandíbula. 
  • Flacidez de la piel. 
  • Aparición de piel seca.
  • Alopecia o canas.
  • Pérdida de memoria.
  • Peor adaptación al frío y al calor.
  • Disminución de la fuerza y agilidad para realizar actividades físicas.

Cómo prevenir el envejecimiento por estrés laboral

¿Tiene solución?

El envejecimiento no es algo que se pueda «curar» o evitar; lo que sí podemos es retrasar sus efectos o que, al menos, sean menos visibles si te interesa mucho tu aspecto. Aunque lo más importante es retrasar las enfermedades que provoca el deterioro celular causado por el estrés laboral. La falta de autocuidado cuando hay exceso de estrés provoca un envejecimiento aún mayor de lo que podamos pensar. El peligro, no lo olvides, es que desencadenen enfermedades crónicas.

El envejecimiento provocado por el estrés puede tener solución, siempre y cuando aún no haya provocado ninguna enfermedad crónica, que sea irreversible.

1.Dieta

Revisar tu dieta es una de las acciones que primero debes hacer para que tu estilo de vida sea saludable. Con una dieta equilibrada es más fácil paliar los efectos que el estrés provoca como acelerador del envejecimiento. Una dieta equilibrada ayuda a mantener una adecuada salud, tanto física o psicológica.

Es importante ingerir antioxidantes —para hacer frente al estrés oxidativo acelerado— como el betacaroteno, la vitamina E, los oligoelementos, los flavonoides y otras sustancias que encontramos en los alimentos de forma natural para que nos ayuden desde dentro.

Muchos estudios demuestran que los suplementos de antioxidantes reducen la incidencia de ciertas enfermedades y mejora el estado de salud cuando se padece estrés.

2. Ejercicio físico

Deporte, gimnasio, yoga, caminar… cualquier tipo de ejercicio, además de que es esencial para prevenir el envejecimiento físico, ayuda a liberar tensiones

3. Descanso

El estrés provoca insomnio y el insomnio acrecienta el estrés. Y lo mismo ocurre con el cansancio. Dormir bien y las horas suficientes es imprescindible para una adecuada salud mental. Un buen descanso ayuda a afrontar mejor los problemas del día a día y, por tanto, previene los efectos del estrés. 

4. Autoestima y gestión emocional

Aprender a gestionar la energía interna con trabajo mental que refuerce la autoestima es básico para mejorar tu vida, aunque no sufras estrés —de hecho, ayuda a prevenirlo—. Con una buena autoestima seremos capaces de realizar los puntos anteriores: dieta, ejercicios, dormir… aunque no tengamos ganas. El equilibrio mental se consigue aprendiendo a gestionar las emociones sin dejarnos arrastrar por ellas y buenas dosis de autoestima. El exceso de responsabilidad que causa el envejecimiento por estrés se puede manejar mucho mejor cuando trabajamos nuestra mente y emociones.

5. Aprender productividad consciente: la gestión del tiempo.

El estrés laboral se reduce considerablemente cuando planificamos bien, aprendemos a atender las tareas de manera inteligente dando prioridad a lo que de verdad la tiene, sabemos delegar y cuidamos de que el tiempo de autocuidado y de ocio se cumpla.

6. Entrenamiento mental

Las funciones cognitivas, la concentración y la memoria se pueden estimular, o al menos retrasar su deterioro, con actividades mentales al alcance de todos: lectura diaria, sudoku y crucigramas, meditación, cambiar de ruta para ir al trabajo, visitas culturales, pintar… Además de estimular la mente, estamos concediéndonos espacios de ocio que nos alejan de pensamientos relacionados con las preocupaciones laborales.

7. Acudir al especialista.

Si observamos que envejecemos con rapidez y que el estrés laboral, las altas responsabilidades y el exceso de trabajo nos están afectando más de lo deseable, lo mejor es acudir a un especialista —un psicólogo especialista en estrés (ey, aquí me tienes 😀) para que te ayude a gestionar de manera adecuada y te aconseje el tratamiento más adecuado a nuestra situación concreta.

En resumen y, teniendo en cuenta todo lo anterior, es imposible detener el envejecimiento por estrés, pero sí que podemos retrasarlo y poner los medios para llevar una vida tranquila y equilibrada. Para ello, debemos tener la intención de hacerlo y tenerlo en cuenta todos los días para actuar en consecuencia; por ejemplo: tratar de dormir bien, llevar una dieta saludable, escalar los problemas diarios en su justa medida y no dejar que nos perjudiquen, hacer ejercicio y cuidar nuestra vida familiar y social.

Si todo ello no es suficiente, podemos trabajar nuestra mente para adoptar una visión más positiva y serena de la vida, además de añadir vitaminas y antioxidantes a la dieta. Además, si estás viviendo una situación de mucha presión y responsabilidad, lo mejor es buscar ayuda profesional para poder gestionar de la forma más efectiva las emociones que surgen y los efectos que provocan un envejecimiento prematuro por estrés laboral. 

Mi recomendación es que empieces antes de que los signos de envejecimiento prematuro hagan su aparición. El estrés laboral y sus efectos será menores si te preparas por dentro  y por fuera.

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