Me encanta saber cómo personas por encima de los 60 hacen lo posible por estar cada día en forma mental y física, y por eso me apetece compartir contigo esta historia:
Hace unos días leyendo sobre los factores que contribuyen a la longevidad, explicaban el caso de un hombre de ¡98 años! y su magnífica condición física y mental.
Había hecho ejercicio a lo largo de su vida pero tras cumplir los 60, tenía el propósito de la constancia en su cuidado físico y mental: practicaba ejercicio regular y se mantenía activo mentalmente. Sus músculos eran más fuertes que los de cualquiera de su edad pues realizaba rutinas para mantenerlos robustos.
Un día tropezó y cayó escaleras abajo. Otras personas de su edad hubieran sufrido diversas fracturas y dolor, no fue su caso pues resultó ileso. Su doctor dijo que había sido debido a su resistente masa muscular fortalecida a través del ejercicio regular. Además de la práctica aeróbica, hacía caminatas a paso acelerado, realizaba rutinas diarias de flexibilidad y participaba en un programa de tonificación muscular 3 veces en semana. Repito, a los ¡98 años! …no me digas que no es fantástico.
Este propósito le otorgaba varios beneficios:
- disfrutar de un tono muscular fortalecido y elástico, como demuestra la historia
- una mayor tasa metabólica, pues el entrenamiento de resistencia maximiza la masa muscular lo cual incrementa el metabolismo aumentando la energía y la capacidad de gasto en estado de reposo. Dicho de otro modo, le permitía incluso comer todas las kilocalorías que le proporcionaban su tasa metabólica diaria sin afectar al peso.
- Y teniendo en cuenta recientes investigaciones que revelan que el ejercicio físico disminuye en un 70% el deterioro cognitivo asociado a la edad, su estado mental estaba en ¡plena forma!.
Es más, un estudio de investigación de la Universidad de Wisconsin también revela que incluso si se es propenso a la enfermedad de Alzheimer por causas genéticas o antecedentes familiares, puede reducir su probabilidad de desarrollo siguiendo un plan de estilo de vida que incluya el ejercicio.
Cuando se hace correctamente y con constancia, el ejercicio puede incluso ayudar a revertir la pérdida de memoria dado que aumenta las conexiones entre las células cerebrales y favorece la comunicación entre ellas, mejorando el rendimiento cognitivo.
Realmente las claves para poder vivir mucho y bien son bien sencillas, pero debes tener muy en cuenta que todo parte de la mente. Diseñar un buen esquema mental basado en el propósito hace que tus hábitos saludables se sucedan y en poco tiempo, se automaticen, es decir, los realices sin esfuerzo.
No importa cuánta edad tienes en este momento, lo importante es desarrollar la actitud mental favorecedora del cambio e iniciar ese nuevo plan para vivir más y mejor.
¿Te animas?
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