Lo que hasta hace poco nadie pensaba que fuera posible, ha ocurrido: un consejero delegado de altísimo nivel (Antonio Horta-Osorio, CEO del Lloyds Banking Group), que llevaba solo seis meses en el puesto de trabajo después de haber sido fichado a la competencia (ocupaba la misma posición en el Santander UK), reconoce que no puede más con la sobrecarga y se da de baja por “fatiga extrema por exceso de trabajo”.
Ayer en la clínica lo comentaba con un compañero médico, quien medio en broma y medio en serio, me decía con un cierto sarcasmo: «es fácil tirar la toalla con 11 millones de libras de sueldo anual…».
Aunque si su punto de vista es discutible, en mi opinión una cosa es no tener problemas de dinero y otra renunciar voluntariamente al Poder (con P mayúscula), y el gran baile hormonal que este provoca (dopamina, serotonina…. etc etc). Esto es lo que más me sorprendió personalmente, pensé que además de un gran profesional, debía de ser una persona de magníficos valores, gran inteligencia y fuerza de voluntad para reconocer que había llegado a su límite psicofísico y necesitaba desacelerar para (muy posiblemente) evitar males mayores si seguía sin cuidarse y sin adoptar hábitos de vida mas saludables, decidiendo por tanto de tomarse un periodo de total Recuperación.
El Financial Times daba la noticia en primera pagina comentando lo inusual que era ver una persona de tan alto perfil admitiendo que sufría de estrés relacionado con el trabajo, cuando lo típico en el mundo empresarial es no hablar de ello por miedo a que sea interpretado como debilidad, ineficacia o peor, por riesgo de perder el puesto de trabajo.
Mi clave de lectura de la noticia, ocupándome como profesional de ayudar a ejecutivos en situaciones similares, fue muy positiva. Pensé que si los altos ejecutivos empiezan a reconocer abiertamente cómo el estrés les afecta a ellos y a sus equipos, se podría empezar rápidamente a construir una cultura empresarial enfocada en la promoción de la salud y el apoyo a mantenerla, lo cual llevaría a una mayor motivación y compromiso profesional de los equipos, y a muchas menos bajas laborales.
No es el único caso que se ha publicado recientemente, hasta el punto de que se empieza a hacer referencia en este tipo de medios a algo que en psicología del estrés conocemos desde hace tiempo, “karoshi”: muerte por exceso de trabajo, que históricamente se da en Japón.
En otro articulo relacionado, leía que una entidad gubernamental británica (Health and Safety Executive o HSE) estimaba que el coste del estrés para su economía, es nada más y nada menos de ¡3,7 Billones de Libras al año!. Una investigación llevada a cabo por el CIPD (Chartered Institute for Personnel and Development) este año, pone el Estrés como la mayor causa de bajas laborales de larga duración.
Aunque si en mi consulta ayudamos a los profesionales a nivel particular, nunca me canso de comentar en foros empresariales en los que doy conferencias, que no siempre es eficaz tratar el tema solo a nivel personal. A menudo, observo que las razones que causan el estrés son muy variadas y complejas. Por ejemplo, la desaceleración económica ha llevado a muchas empresas a querer hacer «más con menos», como resultado, muchos empleados (de cualquier nivel) sienten que tienen que trabajar bastantes más horas, a menudo sin reconocimiento o retribución. Esta situación si persiste en el tiempo, puede generar un estrés y sus consecuencias psicosomáticas que raramente lleva a conseguir mejores resultados en el puesto de trabajo. Una investigación de la Fundación Mind, revela que el 41% de los trabajadores entrevistados se sienten estresados y el mismo porcentaje cree que el estrés laboral es un tabù.
Mi esperanza, como decía al principio del post, es que el coraje y la transparencia del señor Horta-Osorio permita aumentar la conciencia sobre este importantísimo aspecto de la vida moderna y del impacto que causa. Y naturalmente, que se tomen medidas eficaces.
Estoy convencida de que los primeros Consejeros/as Delegados/as que actúen en este sentido, ellos mismos y con sus equipos, conseguirán una gran ventaja competitiva en sus mercados y una calidad de vida muy superior para todos.
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