Afrontar, como define la RAE, es hacer cara a un peligro, problema o situación comprometida.
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Cuando ese problema es el estrés laboral, ¿qué puedes hacer?
Has visto en los artículos anteriores cómo identificar el estrés laboral. Te has dado cuenta de que tienes algunos de los síntomas, has analizado cada uno de ellos además de tu situación laboral y llegas a la conclusión de que sí, lo padeces. Ese «darte cuenta» es el primer gran paso que te va a ayudar a ponerle remedio: es el momento de afrontar la situación, cuanto antes mejor, para que no se convierta en un estrés crónico que te incapacite.
El estrés laboral se afronta con unas medidas muy concretas que deben estar en línea con tu situación y funciones en el trabajo, aunque todo va a depender de tu actitud.
No actuarás igual si el estrés viene por un exceso de responsabilidad en el mercado financiero que por atender a demasiados enfermos durante la pandemia. Cada una de las recomendaciones que te doy en este artículo puedes revisarlas y aplicarlas a tu caso particular en tu entorno laboral. Son 14 recomendaciones de carácter general y personal para hacer frente al estrés laboral y ayudarte a manejar los sentimientos de angustia derivados de él, además de enseñarte a afrontar con actitud positiva la vida laboral a partir de ahora.
Tipos de estrés laboral y formas de afrontarlo
Antes de ver cómo afrontar el estrés laboral, te propongo recordar los tipos que existen para identificarlo mejor. Por un lado debes fijarte en la periodicidad y duración de los episodios de estrés. Por otro lado, observa con cuidado si los resultados del estrés son o no negativos.
Según estos dos parámetros valora en qué categoría te encuentras:
Estrés de corta o de larga duración
Si sufres períodos cortos de estrés o que se dan de manera puntual, tu estrés es episódico (o agudo). Lo notarás cuando aparecen una serie de factores desencadenantes que, cuando desparecen, el estrés se va, como puede ser una visita importante, un pico de trabajo, un cierre de ejercicio, una campaña como la de Navidad o un problema grave y puntual en el trabajo.
Además, muchas veces este tipo de estrés suele ser periódico, en unas fechas predeterminadas. Cuidarte, estar prevenido y conocer tus reacciones serán suficientes medidas para afrontarlo.
Si pasa a ser estrés laboral crónico, es decir, aunque desaparecen los factores desencadenantes, tú sigues con los síntomas que, si no atiendes, pueden llevarte a consecuencias muy graves y peligrosas, las medidas para afrontarlo deberán ser más profundas.
Estrés positivo o negativo
Aunque algunos autores no están de acuerdo con considerar al estrés como positivo, otros hablan del estrés cuando la intensidad es moderada y útil porque te mantiene activo. Es cuando el cuerpo responde a una amenaza de forma que le salva la vida.
En el área laboral hace referencia a la tensión que se genera y que te hace ser más productivo y eficiente, como cuando se acerca la fecha límite para presentar un informe y parece que las horas cunden más. En este caso, las medidas para afrontarlo pasan por saber gestionar bien la energía creada de manera que no desemboque en un estrés negativo.
En cambio, el distrés es el estrés cuyas consecuencias lastran en vez de estimular. Sus efectos son graves como hemos visto en el artículo en el que tratamos las consecuencias del estrés laboral, como la ansiedad, la depresión problemas físicos y baja autoestima entre otros.
¿Cómo afrontar el estrés laboral?
Ahora sí, has identificado el tipo de estrés que te afecta y quieres afrontarlo de la mejor manera. En realidad, el tratamiento del estrés laboral es muy similar al de otros tipos de estrés, solo que teniendo en cuenta el entorno de trabajo, las responsabilidades y tareas que llevas a cabo. También tendrás que tener en cuenta qué factores lo desencadenan para enfocarte en ese área: no afrontarás igual un problema con compañeros de trabajo que un exceso de responsabilidad.
Afrontar el estrés laboral se hace a dos niveles: con ayuda externa o por ti mismo, cuando aún no es grave o como complemento de ella. La ayuda externa te la ofrece la terapia cognitivo-conductual. Con la ayuda psicológica aprendes a controlar tus emociones y a adaptar tu comportamiento a la situación laboral.
Pero además debes introducir cambios en tu vida cotidiana que complementen la intervención psicológica, si has llegado a ella. La mejor manera de afrontar el estrés laboral por uno mismo es integrando una serie de cambios en la vida cotidiana, que parten de ti mismo y de tu actitud ante lo que te sucede, como los que se detallan a continuación:
- Vive el presente y acepta la realidad, lo que es. Practicando la atención plena te será más fácil gestionar el estrés provocado por una preocupación excesiva por el pasado o por el futuro. Si te empeñas en que la situación sea diferente solo vas a conseguir estresarte más. Observa la realidad y si no puedes hacer nada porque cambie, acéptala, al igual que para afrontar el estrés laboral lo prometo que debes hacer es aceptarlo.
- Preocúpate por tus asuntos. Pon el foco en lo que verdaderamente te afecta y deja de sufrir por lo que no va contigo. Observa qué factores son los que te provocan el estrés y analiza si de verdad son tan preocupantes para poder ponerles remedio.
- Busca lo bueno en cada momento. Si tienes que escoger entre una interpretación negativa o una positiva, ¿por qué escoger la negativa? Olvida que estás estresado y busca lo bueno siempre.
- Suelta las expectativas. Volvemos al control: una vez establezcas tu plan, no te enroques en las expectativas sino en lo que puedes controlar. Lo demás no depende de ti. Trabaja de la mejor manera posible con lo que está a tu alcance y suelta los resultados que no están bajo tu control. Hacerte la víctima por padecer estrés solo hace que se cronifique.
- Enfócate en la tarea que tienes delante. Utiliza métodos de productividad y gestión del tiempo para que las tareas no te desborden y provoquen más estrés. Recuerda que en realidad solo puedes hacer una tarea a la vez, así que concéntrate en ella y olvídate lo demás hasta que les llegue su momento.
- No busques la aprobación de los demás. Las expectativas ajenas no son las tuyas. Si padeces estrés y te dejas influir por la opinión de tus compañeros, empeorarás. Ellos no saben exactamente cómo te sientes. Deja que cada uno tenga su opinión y preocúpate de la tuya.
- Acepta tu estrés y las emociones que conlleva. Sufrir estrés laboral no es malo mientras te ocupes de él. Observa tus sentimientos y emociones como sensaciones en el cuerpo para identificarlas mejor. Sin juzgarlas. Cuando le prestas atención y dejas de luchar en contra de tu estrés verás como esa sensación corporal que visualizas se disipa y te sientes mejor.
- Puede que no te apetezca por los efectos del estrés en tu estado de ánimo, pero prueba a hacer una acto amable al día en el entorno laboral, no es necesario que la otra persona lo sepa, y verás como afrontas mejor el resto del día. Pequeños actos amables animan y ayudan a afrontar el estrés.
- En algunos casos, el estrés laboral provoca una negatividad que te lleva a juzgar y criticar a los demás. Estáte atento para parar tus críticas. Date cuenta que esa actitud no te ayuda a afrontar y superar la situación. En cambio, perdona: antes de juzgar al otro por algo que hace como si fuera en contra tuya, perdónale y date cuenta de si es tu interpretación negativa provocada por el estrés que sufres.
- Se tú mismo. No te compares con los demás. Si en la misma situación laboral tú padeces estrés y tus compañeros no, no pasa nada, no te compares con ellos. Eso solo provoca que te sientas peor. Cuida de ti mismo y date el valor que tienes por ti mismo. Vas a superar los síntomas del estrés independientemente de cómo estén los demás.
- Regálate atención y prémiate. Por cada pequeño logro en la mejora del estrés, felicítate y date una pequeña atención a ti mismo.
- Aprecia y agradece lo que tienes ahora en lugar de fijarte en lo que crees que te falta.
- Analiza lo que se puede cambiar y ¡hazlo! Si crees que la situación desencadenante del estrés y que hace que se mantenga es posible cambiarla, trabaja en ello. Por ejemplo, si los horarios son agobiantes porque no puedes conciliar, traza un plan y habla con tu jefe para que lo flexibilice. Dale opciones que no afecten al desarrollo del trabajo, empatiza con él y exponle tu situación; que vea que es peor tener un trabajador estresado para el resultado final.
- Busca apoyos en tu entorno social y familiar. Padecer estrés laboral no debe avergonzarte. Habla con ellos y busca su apoyo y comprensión. Que relajen sus exigencias, que te liberen de responsabilidades, que te permitan descansos y, sobre todo, que te quieran a pesar de tus momentos terribles causados por el estrés.
Afrontar el estrés laboral solo necesita de un ingrediente fundamental: tu actitud. Si realmente quieres frenarlo y afrontarlo, es posible si pones los medios a tu alcance para hacerlo.
¿Hablamos?

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